Madrid huele a sal y a prisa
de pasos que huyen de la piel del día.
No diré que sean un millón de cadáveres
los de Madrid -como otro dijera-
mas yo he visto miles de sombras ensimismadas.
Madrid sabe a piedra y a sangre
derramada por siglos de dolores y ausencias.
Afirmo que el mar de Madrid es su límite
de asfalto en miradas que buscan el sueño.
Madrid es también un cielo que se espera.
M.A.N.H. (09/06/13)
Poema publicado en el libro "Versos en el Aire III", Diversidad Literaria, 2014.
"El mar de Madrid es su límite de asfalto en miradas que buscan el sueño", acertadas y poéticas palabras. A la altura de las de Dámaso Alonso, a las que también te refieres.
ResponderEliminarGracias Luis por tus palabras. Sin embargo, no creo que las mías estén a la altura de las palabras de Dámaso Alonso. En todo caso, intentan servirse de ellas como necesaria referencia. Un abrazo.
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