Este pequeño dios
que día a día te sobrecoge,
en su embriagadora sed,
es una lluvia perenne sin respuestas.
Un páramo que se inunda.
Florece
lo que niegan los sueños
a contraluz,
a contracorriente.
Este minúsculo dios,
que a sí mismo se engaña,
es una afrenta a las sombras.
Muda sustancia de la tarde
que se vuelve invierno.
Este dios solo
sobre esta tierra yerma,
inútil y hermoso,
te acompaña
hasta el último silencio.
M.A.N.H. (20-07-15)
Al fondo del bosque, la humedad se hace presencia, aullido, sobrecoge y alimenta.
domingo, 26 de julio de 2015
miércoles, 15 de julio de 2015
Luz del verano
Oculta,
en la vena gris del verano,
la sustancia de tu nombre.
Primera luz,
ya olvidada.
Mientras, en la guagua,
tu cintura recorre el infinito.
Y es azul
el cielo que pisas.
M.A.N.H. (07-07-15)
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