Retrocede,
por lo verde de la linde del camino,
al momento del silencio,
como aquel niño que miraba una cometa.
Habla tu lenguaje todavía,
ajeno y azul,
huído y oscuro.
Sombra en el filo de la luz,
incandescente,
muriendo.
Y,
en el mientras tanto,
sin alas,
vuelan del sueño los pájaros
que,
en los ojos,
a posarse vienen.
M.A.N.H. (5/12/16)
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