sábado, 7 de enero de 2017

LA PRISA DE LLEGAR

Victorioso, el sol, desnuda la fachada de los edificios.
No advierte el mar a lo lejos, sólo la sombra.
En su cansado respirar, se encienden y se apagan
las luces, en noche de fiesta.
Hace frío para ir descalzo.
¿Dónde la voz que entreabre las ventanas,
que sacude el polvo de los rincones?
Dicen que una estrella acompaña,
que hay un piélago de manos enlazadas esperando.
Las puertas de los grandes almacenes iluminan
ofertas, certezas.
Afirman que, de oriente, viene el sueño extraviado,
que un mundo asoma en la sangre del cordero.
Nadie se deja mojar por la impune lluvia que cae.
Para qué la prisa
de llegar
y no encontrarte.

M.A.N.H (02/01/17)

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